Edad Media: el amor
sentimental (cortés, es decir, noble y caballeresco), los milagros, las fiestas
marianas, el amor por la naturaleza, las alabanzas en honor a la Virgen, el sufrimiento
por la pérdida del amado o de la amada, la melancolía, el honor (personal y/o
militar), el amor y sus engaños, exaltación de la heroicidad, la burla o la
injuria (hacia profesiones o personas en particular), la vida eterna, la
brevedad de la vida terrenal.
Renacimiento: la crítica social, el amor desmedido, el amor
apasionado (platónico), idealizado y divino, la exaltación de la naturaleza
(como algo idílico), el sentimiento religioso, el mundo medieval y
caballeresco, la mitología, la exaltación de la belleza de la mujer.
Barroco o Siglo
de Oro: la naturaleza alejada de lo
bucólico o ideal, la decadencia del ser humano y de la sociedad, la
ridiculización de los mitos clásicos grecolatinos, el carácter grotesco de la
belleza, el paso del tiempo, el desengaño amoroso, la vanidad de lo terrenal,
la crítica social (burla y sátira), el honor, el amor apasionado y desmedido,
la mitología, las tradiciones populares.
Neoclasicismo: actitud
crítica ante la sociedad y la educación, el rechazo al dogma religioso, la
crítica de los vicios personales y sociales, la educación de los jóvenes, la
opresión familiar.
Romanticismo: el culto al yo
y el individualismo, la libertad, la evasión hacia lo medieval o exóticamente
lejano, el mundo de los sueños (lo onírico) y lo misterioso, lo sobrenatural,
las tradiciones populares, la exaltación desmedida del amor y la muerte, el
amor apasionado, la nostalgia por el amor perdido, la propia literatura, el
desengaño amoroso, la crítica socio-política, la rebeldía, el honor como
sentimiento secundario.
Realismo: el amor imposible, el
amor idealizado, lo anticlerical (la crítica a los estamentos religiosos), el
conflicto entre tradición y progreso, el adulterio, la intolerancia social (la
opresión social), la observación de la realidad contemporánea, la pobreza y la
santidad como forma de vida, el contraste entre los valores tradicionales
(campesinos) y los modernos (urbanos), el éxodo a la ciudad, los contrastes
sociales y morales, la insatisfacción personal y social de la mujer, la lucha
por el ascenso social y económico.
Modernismo: la brevedad de la
vida, la muerte, el porqué de la existencia, el mundo interior del ser humano,
el exotismo, la nostalgia por el pasado.
Generación del 98:
el espíritu patriótico, la crítica social y política, la naturaleza, la
injusticia social, el inmovilismo, el dolor por el pasado, el presente y el
futuro de España, la nostalgia por el amor perdido, la caricaturización de la
realidad, la muerte amenazadora, el sentimiento trágico de la vida, la
inmortalidad y el deseo de eternidad, la crítica anticlerical.
Generación del 27: la pureza
del arte, la ciudad cosmopolita, la naturaleza tal y como es, el amor puro, el
compromiso social, la preocupación por el futuro de España, el fin del hombre,
el dolor provocado por la guerra (civil), la muerte, la esperanza por un futuro
mejor, la insatisfacción del ser humano, la falta de libertad, la opresión
familiar y social, las tradiciones populares.
Posguerra: la sordidez de la
sociedad, las ilusiones fracasadas, la guerra, la corrupción y la degradación
del hombre, la soledad, la inadaptación, la añoranza de España (el exilio
forzado), la frustración, el dolor, la muerte, la ciudad, el mundo del trabajo
y las relaciones laborales, la opresión de la sociedad, la denuncia social.