Viernes 15
de marzo de 2013
Llevo 5 años estudiando para
conseguir dominar un nuevo idioma. Creo que después de mucho esfuerzo y horas
de dedicación lo domino y ya es hora de ponerlo en práctica. Anoche les
expliqué a mis padres cuales eran mis planes y han accedido a pagarme ese
viaje. No andamos sobrados pero entienden que es necesario para mi futuro y me
van a ayudar. Voy a aprovechar para escribir este pequeño diario y así
practicaré un poco esta nueva lengua. La verdad es que escribir me da mucha
pereza y más teniendo en cuenta el poco tiempo que tengo libre, sin embargo me
he propuesto escribir al menos una vez al mes.
Sábado 6
de abril de 2013
Por fin he podido apuntarme a
ese viaje. Estoy deseando salir. Todos me han contado lo hermoso que es el lugar
al vamos a ir. Todo es tan diferente, tan excitante. Por fin voy a poder
comprobar si todo lo que he visto por televisión es cierto, si todo es como me
lo han contado, si mis esperanzas se van a convertir en la realidad que tanto
anhelo. Ese sueño anida en mí desde que un verano, mi tío que vive en ese país
desde hace más de 10 años, volvió a pasar sus vacaciones con nosotros. Todas
las noches en nuestra casa cerca del mar salíamos al patio y con los sentidos
embotados por el sonido de las olas y el
olor a salitre, escuchábamos sus historias maravillosas. Desde entonces
todas las noches he soñado despierto con protagonizar esas historias y he
fantaseado con poder viajar a ese país.
Domingo 5
de mayo de 2013
Mañana tengo que salir de casa a las cinco
de la mañana. No lo voy a negar, estoy muy nervioso, no puedo dormir y por eso
aprovecho para escribir estas líneas. Salimos en barco y aunque para mi familia
es caro, la verdad es que no podemos quejarnos ya que se trata de un billete
barato en comparación con lo que han pagado otros amigos míos. Nos permiten un
solo bulto de equipaje y sus dimensiones son reducidas por lo que he estado
varios días decidiendo lo que me voy a llevar. He optado por mi vieja mochila y
en ella he puesto lo justo para no llevarla demasiado cargada.
He ido a casa de mis tíos, mis abuelos y me
he despedido de toda mi familia. La verdad es que volveré en breve, pero es la
primera vez que me separo de todos ellos. Tengo 15 años y todavía no he salido
de mi pueblo, bueno alguna vez he ido a la capital con mi padre, pero esto no
cuenta. Mis abuelos me han dado varios consejos y la hermana de mi madre me ha
dado algo de dinero que no le sobra. Tengo una familia estupenda y espero poder
ayudarles a ellos algún día. Lo más triste ha sido la despedida de mis
hermanos, hemos llorado todos y mis padres también. En unas horas mi padre me
acompañará.
Lunes 6 de
mayo de 2013
Ya
he embarcado, en el barco no conozco a casi nadie pero he visto algún rostro
que también mostraba signos de inseguridad. Hace mala mar y aunque somos de un
pueblo costero, hay algunos como yo que todavía no saben nadar.
La
cosa se está poniendo muy fea y la gente muy nerviosa. Papá, Mamá os quiero
mucho. Gracias por todo.
Salvo estas dos últimas líneas, podría parecer el diario de un
niño de mi edad que se va de viaje para practicar Inglés o cualquier otro
idioma. Por desgracia no es así.
Este verano pasado una amigo mío de San Roque (Cádiz) me
enseñó estas dos hojas de un cuaderno. Su padre es tripulante de una embarcación
de salvamento marítimo. Una de las muchas pateras con subsaharianos que tratan
de alcanzar cada día nuestras costas volcó. Solo sobrevivieron trece personas
que comentaron que eran unos 40 en la patera. Algunos de los cuerpos de los que
se ahogaron fueron rescatados, otros fueron devueltos a nuestras orillas y
otros habrán sido tragados en la inmensidad del estrecho y no aparecerán jamás.
Esta es la tragedia diaria en la que termina las ilusiones y los anhelos de una
vida mejor de muchas personas. Ellos no son conscientes de esa realidad, tan
solo ven los emigrantes que han tenido suerte y vuelven como lo hizo el tío del
niño de mi edad que escribió estas líneas. En cuanto a los demás, aunque hayan
desaparecido, suponen que regresarán
cuando hagan fortuna.
Uno de los cuerpos
rescatados era el Abdder Farrhid y en su vieja mochila encontraron este
cuaderno del que el padre de mi amigo fotocopió algunas hojas escritas en
castellano. Tenía 15 años como yo, los mismos anhelos, las mismas esperanzas de
una vida mejor pero sus sueños se truncaron. La vida no es tan fácil allí y
nosotros que tenemos mucho que agradecer sólo estamos pensando en un móvil
nuevo, en muchos derechos, pocas
obligaciones y una vida basada en la diversión, materialismo y poco más. Yo
podría haber nacido en Mauritania como él y haber tenido el mismo destino. A mí
me hizo reflexionar, espero que a vosotros también. Esa historia podría haber
sido la nuestra.
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