sábado, 15 de octubre de 2016

"¿Soy demasiado infantil?" de Eva Turmo

Muchas veces uno se pregunta que si por ducharte con canciones Disney sonando, guardando todas tus muñecas de princesas y volverte loca pareciendo una ardilla, por la forma de balbucear, cuando entras en una tienda Disney. Pues yo creo que no. Un rotundo no. Por qué iba yo a negar que cuando sacan una película de Disney ya estoy llamando a mi mejor amiga para verla juntas, o por qué voy a negar que cuando escucho una canción de Disney la canto a pleno pulmón en el coche. No lo negaré, porque, al fin y al cabo, es quien soy. Yo no creo que eso sea ser inmadura, sino revivir la niña que fui, antes no me sabía la letra de las canciones, ahora sí, entonces por qué callar cuando podemos gritar. 

"Las ventajas de escribir" de Eva Turmo

A mí, personalmente, me encanta escribir, desde bien pequeña he tenido mi diario y me encantaba leer. Gracias a ese afán de leer que conseguí, gracias a "Tea Stilton", empezar a crear mi propio contenido. Claramente era todo contenido muy infantil, era todo sobre animales que tenían sus aventuras cada cual más imaginativa, esto me "forzó" a no cometer faltas, porque luego iba yo todo ilusionada a mi madre a leérselo en el salón. Escribir me hacía feliz y me proporcionó la capacidad de redactar, algo imprescindible, opino yo.
También el querer crear una historia más alocada, mejor plantada y con más sentido del humor me proponía un desafío. Otras veces, cuando me terminaba un libro, me gustaba darle otro final, entonces lo escribía.
No solo tengo buenos recuerdos de mi infancia gracias a los libros y a mis relatos, sino también de  ver la sonrisa de mi madre cuando se los recitaba y me decía que muy bien.

En resumen, no veáis escribir como algo pesado, una tarea, sino como una forma de entretenerte y mejorar en cuanto a lengua y literatura se refiere. 

"Diario de una persona normal (Parte 7)" de Eva Turmo

Ahí estaba yo, tragándome la rabia. La perfecta Agatha sí que llegaría a presidenta del gobierno, tiene contactos, su padre, el hombre más poderoso del recinto. Pues nada que se presentó diciendo : ¨Buenos días Asunción, vengo aquí a que me de una oportunidad, mi sueño siempre ha sido cantar.¨ Como dirían los hebreos, ¨bullshit¨, si, eran pamplinadas. (Son hebreos, no ingleses, hazme caso.) Pero además de las gordas, lo que tenía era envidia, de MI persona. A ver, es normal, con lo inteligente, bella y buena persona que yo, pues tiene sentido.

Lo que no sabía yo era que no me iba a reír más en toda mi vida. Empezamos cantando la de: ¨Viviiir así es morir de amor, que por amor tengo el alma heriiiida, ninonino, MELANCOLIAAAAAAAAA.¨Pues esa, y mira, no es que pareciese que no había calentado la voz, sino, que una vaca dando a luz sonaba incluso mejor. Pero eso no fue lo mejor, sino que, después de ese espectáculo, se le acercó Asunción, y le dijo:¨Tienes que calentar a voz, tu postura es buena, pero tenemos trabajo que hacer.¨ Vamos, que era una forma sutil de decir: ¨Hija cantas peor que mi hija en la ducha, pero no quiero que te ofendas porque eres la hija del director y aprecio mi trabajo, pero ahí a la derecha tienes la puerta. ¨ Solté una risita por lo bajito y me miró Agatha, yo hice un movimiento con el pelo cual retrasada, pero, como dijo Shakira en una canción: ¨Lo hecho esta hecho y lo que se va con la misma...¨Ya paro.

Después de la práctica había algo que amo con locura, las MATES, estábamos aprendiendo las raíces cuadradas, y, qué novedad, no entendía absolutamente nada, cuando digo nada, digo NADA. Ahí estaba yo, sentada en mi pupitre mientras Doña Angustias se angustiaba porque no nos callábamos (si te digo la verdad, la madre de doña Angustias, odiaba ya a su hija antes de nacer, anda que poner a una niñita Angustias, tiene tela). Pero para rematar la faena, Saturnino (otro al que sus padres no querían) se sacó EL moco más grande y asqueroso que he visto e mi vida y lo pegó en los apuntes de Evaristo, pobre chaval.

En el recreo Claudio y Claudia estaban enfadados por mi comportamiento del otro día, y yo les dije que estaba enfadada con el mundo porque se habían acabado los chocolates en casa y que estaba castigada un mes sin tele (la segunda parte era cierta, la primera, en un futuro lo sería), ellos me perdonaron, obviamente, e intercambiamos cromos. (Sí, ya sé que soy un poco mayor para los cromos, pero qué más me dará.)

Al volver a casa, me encontré con una nota de mi madre pegada a la nevera, te la pego aquí:

Georgia cariño soy mamá, quiero que cuides de Anastasio durante media hora, mamá va a ir ha hacer la compra, si sigue todo tal y como lo dejé, te daré una chuchería.
Te quiere,
Mami

Mi madre estaba intentando sobornarme, seguro que se iría a hacer la manicura y luego pasará por el supermercado y comprará un par de botellas de leche.
De repente saliendo por un lado de la puerta estaba gateando un ser demasiado malvado, mi hermano pequeño.

"De cero" de Alba Amelibia

Mis huellas marcaban el camino cada paso era una señal para seguir andando , para intentar  no caerme y sostenerme con mi equilibrio.
Me di cuenta que todo se me venía encima , que cada piedra que cargaba era un peso más.
Necesitaba estar libre , descargando todas esas piedras que llevaba encima y que pertenecían al pasado.  Quería una nueva vida donde poder encontrarme a mí misma , donde poder buscar a la gente de mi alrededor …

En ese momento , deje mi mente en blanco como un pequeño copo de nieve y me desvanecí entre las grandes nubes del hermoso cielo azul. 

"Gracias" de Eva Turmo