Capítulo
51: “La confidencia”
Mirdín no
estaba contento porque Rob se había casado con una europea; Karin estaba todo
el día de fiesta con los nobles por haber ganado la carrera.
Un día
Rob se presentó en casa de Mirdín y le dijo que su esposa era cristiana, Mirdín
guardó e secreto porque no quería perder la amistad de Rob.
Capítulo
52: “La formación de Jesse”
Poco a
poco y con ayuda de Mirdín, los judíos del barrio aceptaron a Rob y a Mary. Rob
acudía a la sinagoga Casa de la Paz y danzaba en las procesiones, estudió los
mandamientos y disfrutaba escuchando las leyes judías.
Aquel año
estudiaba a Galeno y era aprendiz de cirugía de Al-Juzjani.
Capítulo
53: “Cuatro amigos”
Habían
transcurrido siete meses sin que Rob recibiera ningún mensaje real, lo que lo
llenaba de alegría, pero una mañana el Sha mandó a unos soldados a buscarlo.
Mirdín también había sido invitado. Los esperaba Karín que era el compañero predilecto del Sha.
En la caverna secreta del Sha, los cuatro se relajaron en las aguas tibias y sulfurosas.
Cuando volvieron a palacio, el Sha decidió hacer ostentación de su compañía y gritó ante todos sus cortesanos que eran cuatro buenos hombres amigosRob pasó dos semanas con los maestros farmacéuticos aprendiendo a mezclar brebajes para embotar a los pacientes y poderlos operar sin las convulsiones, estremecimientos, quejidos y gritos de dolor. Todos estos brebajes eran preparados a base de opio.
Rob practicaba día tras día amputaciones, extirpaba almorranas, aligeraba venas varicosas; Juzjani le decía que tenía un don para cortar carne.
Mirdín también había sido invitado. Los esperaba Karín que era el compañero predilecto del Sha.
En la caverna secreta del Sha, los cuatro se relajaron en las aguas tibias y sulfurosas.
Cuando volvieron a palacio, el Sha decidió hacer ostentación de su compañía y gritó ante todos sus cortesanos que eran cuatro buenos hombres amigosRob pasó dos semanas con los maestros farmacéuticos aprendiendo a mezclar brebajes para embotar a los pacientes y poderlos operar sin las convulsiones, estremecimientos, quejidos y gritos de dolor. Todos estos brebajes eran preparados a base de opio.
Rob practicaba día tras día amputaciones, extirpaba almorranas, aligeraba venas varicosas; Juzjani le decía que tenía un don para cortar carne.
Capítulo
54: “Las expectativas de Mary”
Rob ya no
sentía atractivo por la cirugía tras realizar una serie de castraciones.
Mary se
había quedado embarazada y Karin y Mirdín estaban terminando sus exámenes
médicos.
Capítulo
55: “El dibujo de un miembro”
Ibn Sina
quería enseñar al mundo las cualidades que tenían los médicos que estudiaban en
sus escuelas o universidades, así que cuando vinieron los examinadores a “la
Gran Teta”, examinaron a Mirdín, Jesse y Rob.
Mirdín
dejó fascinados a los examinadores, pero Rob fue un poco más original a la hora
de responder las preguntas; cuando Juzjani le preguntó cómo tratar una rodilla
fracturada, Rob dijo que haría un dibujo para explicarlo. Todos se
horrorizaron, pero Rob siguió dibujando, cuando terminó el dibujo lo pasó a los
examinadores que vieron sorprendidos que el miembro dibujado era el miembro de
un árbol, un nudo en la madera hacía las veces de articulación de la rodilla.
Capítulo
56: “La orden”
Rob y
Mirdín pasaron los exámenes, pero como Mary estaba embarazado no podían volver
a Inglaterra. Cinco días más tarde de que pasaran el examen, el sha les mandó a
ir a una expedición a la India; dejó a Mary con unos vecinos y le dijo a Ibn
Sina que si no regresaba que mandase a Mary a Inglaterra.
Capítulo
57: “El camellero”
Rob,
Mirdín y Karin iban montados en camellos sementales y el sha en un elefante. Se
dirijían a Shiraz, la ciudad de la plaga, y les recibieron con los brazos
abiertos, porque gracias a ello ya no quedaba ningún brote de la plaga.
Capítulo
58: “La India”
Ya había
pasado un mes desde la partida de Ispahán y ya por fin estaban en territorio
indio; Rob y Mirdín fueron de espías para ver cómo de defendida estaba la
ciudad que planeaban atacar, había novecientos soldados. Cuando le comentaron
las cifras al sha, este no estaba contento ya que sus espías anteriores le
habían dicho que la ciudad estaba muy mal defendida; pero atacaron igualmente.
Capítulo
59: “El herrero indio”
En el
fragor de la batalla, los hombres combatían con furia, todos atrapados en la
misma carnicería. Rob y Merdín a partir de ese momento olvidaron la carnicería
y comenzaron a esforzarse como médicos.
Entrada
la noche, cuando terminó la última refriega, los espadachines persas
aniquilaron a todos los enemigos heridos. Rob, Mirdín y un puñado de soldados,
recogieron del campo de batalla a los persas que aun podían salvarse y los
llevaron a una casa para tratar las heridas con aceite caliente, coserlas y vendarlas.
También curaron a cuatro elefantes heridos.
Los
soldados seleccionaron los elefantes que se llevarían de Mansura y decidieron
seguir hasta Kausambi, una aldea situada a tres días al norte de Mansura, donde
vivía un herrero indio que hacía espadas de un precioso acero de dibujos en
espiral muy resistente. Ala apresaría al herrero y lo llevaría a Ispahán para
fabricar armas que lo ayudarían a derrotar a sus vecinos.
En
kausambi los soldados indios se internaron en el bosque y atacaban a los persas
en el camino, murió el capitán de las Puertas Khuff y en la última batalla
cuando volvía con unos heridos, un indio mató a Mirdín de hachazo. Rob tenía la
mente en blanco y se movía como si estuviese borracho, Mirdín ya no estaba
allí. Perdió la conciencia de que su amigo había muerto, se inclinó sobre la
gran herida en el pecho y logró curiosear abriéndola un poco con las manos. Por
primera vez tuvo acceso a las vísceras de un hombre y tocó un corazón humano.
Capítulo
60. “Cuatro amigos”
Enterraron
a Mirdían y mandaron una carta a Ispahán diciéndole a su esposa que este había
muerto; el sha no asistió al entierro porque estaba celebrando la victoria.
Ya de
vuelta en casa Mary ya había tenido al hijo y cuando Rob preguntó por la esposa
de Mirdín, esta le dijo que había cogido a sus hijos y se había marchado de loa
ciudad.Capítulo 61: “El nombramiento”
Ibn Sina
nombró a Rob como su asistente. Mary se alegró por él, pues además de un buen
salario contaría con prestifio y respeto.
Le
hicieron hacer la circuncisión a su hijo, dándole por nombre Mirdín Ben Jesse.
Cuando todos los judíos se fueron, Rob y Mary le bautizaron y le llamaron
Robert James Cole.
Capítulo
62: “La recompensa”
Rob
aprendía y aprendía con Ibn Sina e incluso por operar del estómago a la esposa
del herrero indio, este le fabricó unos utensilios médicos.
El sha le
ofreció uan casa más grande pero Rob la rechazó.
Capítulo
63: “Un dispensario en Idhaj”
El sha
era un adicto a la bebida y cuando le ofreció de nuevo una casa y Rob la volvió
a rechazar Ibn Sina le dijo que se fuese tres días al sur si no quería ser
hombre muerto, Mary se ofreció al sha para que no matase a su marido y pudiesen
seguir viviendo una vida tranquila.
Capítulo
64: “La beduina”
Una
mañana un beduino llevó a su hija Sitara al Maristan, estaba con la enfermedad
del costado, Rob hizo todo lo que pudo, pero la niña beduina murió a los tres
días. Rob repasó todos los detalles de la enfermedad, los comparó con los del
niño y los de su suegro que murieron de lo mismo, pero no encontró ninguna
similitud, no obstante los tres habían muerto del mismo modo.
Cuando comentó todo esto con Ibn Sina, este le dijo que abriera un cerdo y estudiara el enigma, porque debía practicar la cura de las enfermedades dentro de las reglas de la religión y la voluntad general de los hombres.
Cuando comentó todo esto con Ibn Sina, este le dijo que abriera un cerdo y estudiara el enigma, porque debía practicar la cura de las enfermedades dentro de las reglas de la religión y la voluntad general de los hombres.
Capítulo
65: “Karin”
Karin y
despina fueron acusados de adulterio así que fueron condenados a muerte, Rob le
pidió al sha que lo ayudara y este no quiso, así que después del funeral fue
Rob a la casa del sha y le gritó: “Indigno”
Capítulo
66: “La ciudad gris”
Ispahán
se convirtió en un lugar triste y vulgar donde vivir.
Rob
intentó curar aún anciano que tenía dolor de costado, este murió y Rob quiso
diseccionarlo, pero no encontró libros donde le enseñasen, porque la mayoría
habían sido destruidos por los romanos.
Capítulo
67: “Dos recién llegados”
Cuando
Mary, que estaba en avanzado estado de embarazo, se enteró que había llegado un
europeo a Ispahán, le pidió a Rob que lo invitara. El inglés llamado Bostock,
acudió a la casa de Rob donde lo abrumaron con preguntas sobre Escocia y
Londres.
Cuando Bostock
se fue, Mary le preguntó a Rob si alguna vez volverían, Rob le contestó – claro
que volveremos.
Mary dio
a luz un robusto niño al que bautizaron con el nombre de Thomas Scot Cole.
Capítulo
68: “El diagnóstico”
Qasim
llevaba dos meses en el hospital debido un dolor en el costado, Rob le daba
panacea y de esa forma sus dolores se iban.
El Visir
se fue de la ciudad.
Capítulo
69: “El cuarto de Qasim”
Una noche
Rob se quedó con Qasim para ver las características de la enfermedad, cuando
Rob le cogió las manos se dio cuenta de que Qasim iba a morir; unas horas
pasaron y cuando Qarim murió, Rob lo bajó al sótano lo abrió y vio que la causa
de la enfermedad era que en el Hígado había una cantidad enorme de pus, lo que
provocaba que el hígado de inflamase; lo cosío y lo dejo en la cama a la mañana
siguiente, como si nada hubiese pasado.
Capítulo
70: “El error de Ibn Sina”
Rob
siguió abriendo a muertos y luego los enterraba, pero se dio cuenta de que Ibn
Sina se había equivocado, nuestro interior no era igual al de los cerdos, Rob
sintió furia porque creía que todos esos años de estudio no le habían servido.
Capítulo
71: “El hombre transparente”
Se
aproximaba un ejército a la ciudad, en este había soldados afganos de Ghazna,
pero se detuvo en los muros de la ciudad; todavía no había indicios de
guerra.
Rob seguía con sus investigaciones comparando al humano con el cerdo; Rob
comparaba todo pero le interesaba más la enfermedad del costado abdominal.
Capítulo
72: “La casa de Hamadhan”
La guerra
estaba librándose; pero a Rob y a un compañero le llegaron noticias de que Ibn
Sina estaba en muy mal estado, cuando llegaron a su casa en Hamadhan,Sina los
nombró los nuevos príncipes de la medicina; Rob lo cogió de las manos y se puso
muy triste porque notaba muy poca vida.
Capítulo
73: “El rey de reyes”
Para
celebrar que ahora eran los príncipes de la medicina cenaron unos melones en
casa de Rotun bin Nasr. El Sha apresuraba al herrero Dhan Vangalil para
que realizara armas para sus soldados, porque pensaba frente a la enfermedad de
Mahmud Rey de Ghazna enfrentarlo en guerra y apoderarse de ese territorio. Por
su parte Mahmud pensaba lo mismo de reino del Sha. Sin embargo, uno y otro,
desde muy jóvenes se respetaban y se vigilaban mutua y celosamente y ninguno de
los dos iniciaba o intentaba la guerra.
Mary y
Rob acordaron fugarse a Londres.
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