-No-mentir
se empezaba a volver una costumbre- Sólo… quería hacerte una pregunta.
-Hacedla
entonces.
Cogí
aire. Me relajé e intenté que dicha pregunta sonara lo menos absurda posible.
-¿Qué
día es hoy?
Su
ceño fruncido y su mirada de desconcierto reflejaban su extrañeza por dicha
pregunta, y la verdad, no me esperaba otra reacción. Aunque, después de unos
segundos para asimilar mi cuestión, su rostro cambió de expresión por completo.
¿Será que mi pregunta no era tan absurda?
-Es
muy observadora señorita.
“¿Yo?
¡Ah! ¿Sí?” pensé.
-Seguro
que ha notado que las gentes están un tanto excitadas, y es que, hoy es un día
de celebración para nuestro poblado.
“Vale,
pero ¿qué día? A ver si este chico empieza a ser un poco más preciso”
-Las
gentes de Viltrania festejan hoy el día de los Tres Magos Guardianes del
reino-continuó-porque, hace muchísimos años, Viltrania fue uno de los reinos
más poderosos de toda las tierras conocidas por el hombre, hasta que la envidia
de los demás reinos vecinos acabó con el esplendor de nuestro reino.
“Interesante…”
-Los
siete reinos vecinos conspiraron contra Viltrania y atacaron sus muros hasta
invadir todas las ciudades masacrando al pueblo, destruyendo cosechas y
quemando las viviendas. Los ejércitos enemigos superaban en número al ejército
viltranés, además de que fueron atacados a traición y nuestro reino no estaba
preparado para la batalla. Con todo, Viltrania y parte de sus habitantes
pudieron mantenerse a salvo gracias a los Tres Magos Guardianes del reino:
Neon, Rell y Kirisha. Ellos crearon un campo de protección que cubría todo el
reino y fusionaron sus poderes mágicos, consiguiendo así, cobijar al pueblo
viltranés y destruir a los atacantes, pero al usar una magia tan intensa, los
Tres Magos Guardianes consumieron sus propios cuerpos y se volvieron polvo.
Cuentan que sus almas se conservaron y que vagan por el mundo buscando nuevos
cuerpos en los que reencarnarse. En este día celebramos la necesidad de su
presencia y el anhelo del reino próspero, pacífico y seguro que fue Viltrania
en su día. En este día celebramos la necesidad de recuperar la vida que
nuestros antepasados tuvieron, recordamos las almas de todas aquellas personas
que murieron masacradas el día de la batalla y las almas de los Tres Magos
Guardianes, para que regresen algún día reencarnados y podamos recuperar
Viltrania.
Estaba
escuchando asombrada toda aquella historia y, tras finalizarla, no sabía qué
decir. ¡Era todo tan impresionante! Nunca me había planteado que existiera la magia,
ni las almas flotantes, ni las reencarnaciones… En definitiva, todo esto
parecía, más bien, una broma de mal gusto. Pero, en cambio, el chico parecía
muy convencido de lo que decía. Podía ver en sus ojos brillantes las ansias
verdaderas de que ese supuesto día, en el que los Tres Magos Guardianes
regresen y Viltrania vuelva a ser el reino que antes fue, llegara. Sólo por eso,
permití que mi mente intentara reflexionar sobre la autenticidad de esos
acontecimientos y sucesos, pero, con todo, seguía sin saber qué decir o qué
hacer. Todo esto era demasiado impactante para mí, demasiado…
Y
entonces oí un sonido fuerte e insistente que penetraba mis tímpanos como
balas. Empecé a abrir los ojos vagamente y mientras todo se me aclaraba, sentía
cómo alguien me zarandeaba y susurraba mi nombre:
-¡Leyre,
despierta!
Levanté
la cabeza. La tenía apoyada sobre mi libro de latín. Inmediatamente me di
cuenta de que me encontraba en mi aula y hacía pocos segundos que la clase más
aburrida del mundo había terminado. Anoche había estado despierta hasta las
tantas viendo la última temporada de mi serie favorita. Así que, tenía que recuperar
de algún modo mi tiempo de sueño y, ¿qué mejor momento para hacerlo que en la
clase de latín?
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