jueves, 31 de mayo de 2018

"El espacio" de José Antonio Ortega

Si como lo ves, el espacio que tú y todos conocemos no es mas que una milésima parte de lo que es en realidad. El espacio tiene tantos misterios, por ejemplo si es infinito,si  hay vida en otros lugares… ha habido miles de intentos por parte de la raza humana para averiguar esta última incógnita. Se han lanzado desde pequeños robots al espacio hasta inmensos cohetes con el fin de llegar a otro planeta. Es un misterio ya que apenas se tiene conocimiento de nuestra galaxia cuando hay millones de estas. Es un asunto difícil de explicar debido a que apenas tenemos conocimiento de esto. Pero en mi opinión, yo creo que hay vida más allá, ya sea de minúsculos microorganismos o una civilización más desarrollada que la nuestra. En la actualidad es imposible saberlo ya que no disponemos de los recursos suficientes para crear una nave o dispositivo capaz de llegar a tanta distancia sin ser destruido. Otra duda existencial es la posibilidad de vivir en Marte o la existencia de vida en él. Yo creo que sería estupendo  poder viajar a otro planeta y disfrutar de sus condiciones, ya sea la gravedad, temperatura, etc…  pero por otro lado sería de gran coste debido a la inversión en la fabricación de nuevas naves y el gasto de combustible que supondría cada viaje. En definitiva, para mí el espacio nos abre la mente a millones de dudas y curiosidades sin resolver debido al gran misterio que tiene.

"El objeto misterioso" de José Antonio Ortega

Era una calurosa tarde de verano cuando mis padres y yo decidimos ir al campo y disfrutar de la naturaleza.  Ya montados en el coche mi padre arrancó y en eso de una media hora ya nos encontrábamos en el parking de la montaña. Nada más bajar cogimos la comida y nos pusimos a pasear. El camino estaba repleto de preciosas flores en su máximo esplendor, no faltando alguna que estaba marchitada. También, pasamos por encima de un rio a través de un tronco de madera que habría sido puesto por otra persona años atrás. Finalmente llegamos al camping y nos dispusimos a comer. Después de haber disfrutado de ese maravilloso sándwich hecho por mi madre, decidí ir al río y pasar el rato tirando piedras al agua. Cuando llegué busqué las piedras más finas para realizar el llamado “salto de la rana” con estas. En ese momento me fijé que había algo extraño en el agua. Al principio me dio miedo y se me pasó por la cabeza alejarme, pero decidí cogerlo. Cuando lo  tenía entre mis manos noté que tenía un gran peso, por lo que tuve que tirar con fuerza. Al sacarlo me llevé una gran sorpresa, puesto que se trataba de una pieza de oro oxidado con forma circular  con el paso del tiempo y la corrosión del   agua. Rápidamente fui hasta el camping y  se lo enseñé a mis padres. Mi padre, que era profesor de historia mee lo pidió. En ese momento se puso a observarlo detenidamente y después de un breve tiempo de intriga me desveló que era. ¡Se trataba de la mismísima corona de Isabela Católica! Mi padre lleno de alegría me dijo que se trataba de una pieza histórica de España por lo que teníamos  que entregarla a cualquier museo. En primer momento me lleve una decepción pero por otro lado me sentí afortunado de haberla encontrado yo. Ya pasada la tarde volvimos a casa y decidimos entregarla al día siguiente. Finalmente, fui acompañado por mi padre y la corona hasta el museo. Allí, entregué la corona y me dieron un pequeño diploma  como compensación. Fue una experiencia muy divertida.

"El viaje sorpresa" de José Antonio Ortega

Mis abuelos cumplían 50 años de casados y mis padres y tíos decidieron realizar un viaje secreto para celebrarlo. Este consistía en hacerles creer que solo ellos iban a viajar a Roma pero en el aeropuerto les sorprederíamos toda la familia. Mis padres se encargaron de planificar el viaje de mis abuelos mientras que mis tíos planificaban el vuelo y el hotel. Todo parecía correcto hasta que de repente los trabajadores se pusieron en huelga. Mis tíos se volvieron locos al igual que mis padres ya que tenían miedo de que el plan saliera mal. Estuvieron día y noche hasta que después de unos días de incertidumbre encontraron el vuelo perfecto. Tal fue la alegría que casi se les escapa delante de los abuelos. Pasada una semana llegó aquel  sufrido pero esperado día. Mis abuelos salieron de su casa con las maletas rumbo al aeropuerto de Málaga. Mientras tanto mis tíos y padres controlaban que todo estuviera en orden. Una vez mis abuelo  habían llegado al aeropuerto llamaron a mis padres, que anteriormente se lo pidieron para saber que habían llegado a salvo. Esta llamada significaba que el plan se ponía en marcha. Salimos todos rápidamente en dirección al aeropuerto pero con mucha calma ya que un paso en falso nos podría delatar. Ya llegados vimos a mis abuelos sentados en un bar. Decidimos ir por el otro lado para no ser descubiertos y así poder dejar las maletas. Cuando faltaban menos de 30 minutos para embarcar les dimos la gran sorpresa. Se emocionaron tanto que casi se ponen a llorar de alegría. ¡Ya lo habíamos conseguido! Pero nos teníamos que dar prisa  porque si no perdíamos el vuelo. Finalmente lo cogimos con éxito y pasamos una gran estancia en Roma. No solo fue una gran experiencia para mí si no que para mis abuelos ya que no se lo esperaron para nada.

lunes, 28 de mayo de 2018

"Querida yo del pasado" de Lucía Soler

Querida yo del pasado:
No sé cuándo leerás esto, dónde lo leerás ni con quién. Ni siquiera sé si eres todavía una niña o te has adentrado ya en la plena adolescencia, pero que sepas que de todo se sale, y todo aquello que crees que te está destrozando se acaba, y te hace más fuerte. 
Nunca dejes que nadie te quite la sonrisa que tienes (que te la reservas para las personas que lo merecen). Nunca te des por vencida porque alguien ha intentado hundirte, porque siempre va a haber personas así. No te juntes con personas que no valen la pena y que te hacen sentir inferior. Aprende a quererte, porque si no lo haces tú, nadie lo podrá hacer por ti. Confía más en ti misma, porque sabes que vales y que puedes conseguir cuanto te propongas. Aprovecha los momentos en familia y las excursiones con amigas, porque es de las cosas que nunca se olvidan. No te quedes callada si algo no te parece bien. Quéjate y exprésalo. Define tu personalidad y no hagas o dejes de hacer cosas por miedo o por moda: hazlas sólo si te hacen feliz y si te llenan. No te dejes influenciar por gente pasajera, que se mueve por interés. Tampoco dejes que te dirijan ni manden sobre ti: imponte. A pesar de que haya personas que no te hayan tratado como te lo mereces, aprende de ello para la próxima vez, pero nunca hagas tú lo mismo. Valora a la gente que te apoya y que está dispuesta a ayudarte siempre, porque no encontrarás muchas así. Haz caso a mamá y a papá, todo lo que ellos te dicen es por tu bien, y aunque a veces te enfades con ellos, en el fondo sabes que les quieres, y mucho. Aprovecha el tiempo con tus hermanos, padres, abuelos, tíos, etc, y diviértete. No le des tantas vuelta a cosas que te preocupan, y deja que pase un tiempo hasta que encuentres una respuesta. Nunca dejes de luchar por lo que quieres, y trata siempre de aprender. Cada persona es un mundo y tú tienes que empezar a crear el tuyo. Querida yo del pasado, esta carta es para ti.

lunes, 21 de mayo de 2018

"El libro sin retorno" (Parte 2) de Carlos López



Con la antorcha en la mano alumbraron el lugar donde se originaban los ruidos y cuál no fue su sorpresa al ver pasar una forma humana a la que siguieron con rapidez y a la que alcanzaron cuando ya, por agotamiento, cayó al suelo. Entonces reconocieron a una persona vestida de explorador, que llevaba grabado en su camisa el mismo escudo de la mochila que habían encontrado.  Lo reanimaron y volvieron con él al campamento para darle bebida y comida y, como estaban agotados, decidieron ir a dormir y averiguar su historia al día siguiente.
               Al amanecer de un día soleado, despertaron con la inmensa curiosidad de conocer a este hombre, este se despertó sorprendido por aquellos desconocidos que lo rodeaban. Tras un desayuno rápido, empezó a contarles su historia. Hacía varios días que exploraba el bosque para hacer un mapa, cuando al anochecer y, tras hacer una hoguera, fue atacado por una misteriosa bestia de aspecto enorme y peludo. Les contó que cuando estaba a punto de ser devorado, algo llamó la atención de la bestia y pudo huir milagrosamente, aunque casi lo alcanza aquel ser terrible al cogerle la mochila, que salió despedida y se quedó enganchada de unas ramas.
               Los jóvenes, a su vez, le contaron el hallazgo de la mochila y el libro que los tenía envueltos en ansias de aventura. El explorador los avisó del peligro que correrían si se adentraban en las rutas que el libro marcaba de camino a una cueva, la que él deseaba investigar  y lo había llevado hasta allí. Todos decidieron con mucho valor, ayudarlo e ir a ese lugar misterioso para terminar con la leyenda de la bestia.
               Cogieron víveres y el libro, y se adentraron con incertidumbre y valentía en el bosque todos juntos. Allí encontraron a los pocos kilómetros un rastro de sangre animal y más adelante un ciervo a medio devorar, pero al acercarse se abalanzó sobre Kaneki la bestia, que desapareció con él emitiendo un gruñido atroz que retumbó en el bosque. Todos corrieron tras ellos…(continuará).

lunes, 7 de mayo de 2018

"Un verano diferente" de Fernando Teba



Por fin se ha acabado el curso, y como todos los años esperaba ansioso visitar la playa. Pero este año, conocí la historia de un pueblo de África en la que sus niños tenían que hacer verdaderas hazañas para conseguir algo tan sencillo para nosotros como beber agua, así que decidí que este año iría a ayudarles.
A través de un amigo encontré una ONG que preparaba viajes para ayudar a los habitantes de este poblado y me apunté como voluntario.

El día del viaje estaba muy nervioso y emocionado por llegar a nuestro destino y poder ayudar a todas las personas posibles. Pensaba que seríamos pocos los interesados en usar nuestras vacaciones en hacer un poco más fácil las vidas de los habitantes del pueblo, pero al entrar en el aeropuerto me dí cuenta de que no era así, ya que ocupabamos un avión entero. El viaje se me pasó muy rápido pensando en todo lo que ibamos a hacer por aquella gente. Al llegar lo que más me impactó fue el recibimiento que nos dieron, estaban felices y parecian contentos, a pesar de que muchos de ellos no tenian ni ropa. Entre los proyectos de la ONG estaban el construir una escuela y un pozo. A mi me tocó contribuir en la contrucción de la escuela.

A la mañana siguiente empezamos temprano. Las jornadas eran largas y el trabajo muy duro, pero no nos importaba con tal de ver la ilusión en las caras de los niños que ya no tendrían que volver a desplazarse varios kilometros hasta la escuela más cercana. Con la ayuda de todos conseguimos terminar la escuela antes del final del verano. A pesar de que solo tenía dos aulas con una rudimentaria pizarra y unos asientos de madera, todos estabamos muy satisfechos del resultado.

El pozo también se terminó a tiempo aunque la canalización del agua quedaría para otro grupo de voluntarios.

Cuando llegó el momento de la despedida, todos estabamos muy tristes por irnos pero a la vez contentos por el trabajo realizado. Supe que nunca olvidaría la satisfacción que generaban las caras de alegría de los habitantes y de los voluntarios al haber podido ayudar en este verano diferente.

"Un desierto mojado" de Fernando Teba



Yo era un joven soñador en un viaje con el único afán de cruzar los siete mares nada más que con mi velero y una brújula, o eso pensaba yo.

Saliendo de un puerto de Venecia, mi ciudad natal, comenzó la historia que cambió mi perspectiva de la vida y de cómo vivirla. Los primeros meses fueron como me esperaba, un viaje tranquilo y en soledad, siendo acunado por la suave marea de un día calmado, uno de muchos, pues al octavo amanecer del cuarto mes sin aviso alguno una tormenta quebró mi mástil dejándome a la deriva en mitad del azul desierto que un día tanto me atrajo cruzar.

Al principio solo quería despertar de la supuesta pesadilla obra de mi imaginación que se mostraba ante mis llorosos ojos, estaba encallado en un coral gigante, en una ruta sin transitar debido a los arrecifes de coral, que aunque alberguen más vida de la que te puedas imaginar tienen una cara opuesta, siendo capaces de hacer encallar hasta al más robusto de los barcos. Una vez que admití que no era un sueño y al borde de perder la poca cordura que me quedaba, los problemas se fueron presentando uno tras otro, pero el que más me preocupó fue el de la comida y el del agua potable, ya que un sorbo de la salda agua en la que flotaba sería suficiente para aumentar mi sed y acabar antes con la reserva que me quedaba. Me repartí la comida y el agua para cinco días los cuales tenía que asegurar mi sustento de comida y agua. El más simple en apariencia era la comida, ya que estaba rodeado de cientos de peces. El problema fue que yo no era el único cazador y todo estaba infestado de tiburones, que acechaban mi barco haciendo imposible sumergirme a por algo que llevarme a la boca. Vagamente recordé uno de los documentales que de niño tanto me gustaban, en los cuales observe como con unos pedazos de madera y una cuerda ingeniaba una extraña trampa similar a una nasa. Con la idea en mente y sin ninguna mejor, me decidí a intentarlo. Hice una revisión en los camarotes para ver de que disponía, cuando me di cuenta de que medio barco estaba inundado por causa de una brecha gigantesca. En ese momento, me pregunté por que no me había hundido hace tiempo, tardé en darme cuenta de que el coral en el que estaba varado también me impedía naufragar.

Entendí que debía apartar la trampa de los animales cercanos ya que solo conseguiría cebarlos.
Mientras pensaba escuché un chapoteo en el camarote inundado. Por la la grieta del casco habían entrado dos peces, que al estar en un espacio pequeño me resultó fácil capturar. La curiosidad de los peces los llevaba a explorar el barco y de esta manera conseguía todos los peces que necesitaba. El problema del agua fue más fácil de solucionar gracias a un filtro que encontré en el botiquín, capaz de hacer potable la salada agua del mar.

Una vez solucionado el problema principal, que era mi subsistencia, me ocupe de buscar la  manera de escapar de este naufragio. Realicé señales de humo, escribí el símbolo SOS en la vela del barco, pero nadie me vio. Hasta que un día, por fín, divise un barquito que pasaba cerca, y con un último y desesperado intento, queme la vela y todo lo que pude, generando una gran columna de humo que consiguió llamar su atención, logrando así salir de este desierto mojado.


domingo, 6 de mayo de 2018

"Los deberes" de Jaime Colmenarejo


Los deberes son aquello que odiamos todos y que la mayoría de días nos fastidia la tarde entera. ¿Creéis que de verdad los deberes nos sirven para algo, o solo son un castigo de los profesores?
En mi opinión, hacer deberes en casa es algo necesario, siempre y cuando no sea una cantidad exagerada. Actualmente pienso que nos mandan pocos deberes, pero eso sí, estudiamos demasiado. No veo adecuado que tengamos que hacer más de cinco o seis exámenes por semana, cuando en la mayoría de países se valoran mucho más los trabajos y las prácticas. Además, la mayor parte de los alumnos tenemos alguna actividad extraescolar, y como es lógico, no vamos a dejar de hacer esa actividad por tener que estudiar más de la cuenta.
Este año hemos tenido muchos exámenes y ha habido días que, por lo menos yo, nos hemos tenido que quedar hasta tarde para terminar de estudiar o terminar los deberes.
Yo creo que se puede llegar a aprender mucho más haciendo trabajos prácticos que estudiando. Un ejemplo muy claro es el trabajo de la disección de un corazón en biología; a mí me quedó mucho más claro en la práctica que estudiándolo en casa.

jueves, 3 de mayo de 2018

"Diario de una persona normal (Parte 8)" de Eva Turmo


¿Cómo describiría yo a mi hermano pequeño Anastasio? Pues, yo creo que como… El diablo mismo, sí. Si el diablo se reencarnase sería mi hermano. Crea la ilusión de ser una criatura mona, achuchable y que te la comerías en un segundo. (Metafóricamente hablando. Di no al canibalismo). Pero no, hace caca constantemente abrasándote todo el sistema olfativo hasta que llega un héroe que abre la ventana, o mejor, la puerta. Llora por las noches, despertando a todo el mundo, yo creo que es porque se da cuenta de que hace la vida imposible al resto y se siente mala persona y empieza a llorar, puede ser… Además, sólo tiene dos dientes, los dos incisivos de abajo. En todos los cuentos, las brujas, los magos, los ogros o los ladrones no tienen una dentadura perfecta, por lo que ya sabemos, gracias a mi investigación en cuentos infantiles, que mi hermano es el malo de la película de mi vida porque no tiene dientes. Por último, ¡va a levar a mi familia a la ruina! Que si pañales, que si juguetes para que no se aburra, mil chupetes (que los pierde todos el niño), ropa cada mes (aparentemente crece mucho, yo creo que se alimenta de mis penas y por eso crece tanto y tan rápido) y mil y un cachivaches innecesarios para “el angelote de la casa”.
Yo te he contado todo este rollo, querido diario, porque hoy ha sido una tarde muyyy larga. Te cuento. Justo al terminar de leer la nota que me puso mi padre apareció Él, lo llamaré Hades, que es el dios del inframundo en la mitología griega, y como he aprendido eso hoy en clase voy a llamarlo así. (Ay… Si se me quedasen en la cabeza las matemáticas como se me queda la historia…) Pues eso, aparece gateando por la esquina de la puerta, se sienta y le veo haciendo fuerza, está cagando. (Esta era la primera prueba para superar al BOSS del juego de mi cabeza que iba a ser esta tarde.) De repente, me mira maliciosamente y empieza a llorar, en este momento es cuando su ataque venenoso me llega a la nariz, tengo poco tiempo… En el momento abro la puerta de la casa y lo dejo en el felpudo, cierro la puerta y salgo escopetada al cuarto de mi hermano a coger pañales limpios, tengo poco tiempo antes de que lance su conjuro “desaparecer en los bosques”. Una vez en el cuarto de Hades, cojo un pañal limpio, toallitas y crema hidratante para sus posaderas. Bajo corriendo las escaleras, arriesgando la buena salud de mis tobillos, y abro la puerta de casa. Pero desgraciadamente ya había lanzado dos conjuros “desaparecer en los bosques” y “eliminación rastro por olor”. Bueno, pues ahora nos toca embarcarnos en la “quest” (los hebreos tienen palabras para todo) de encontrar a Hades, iba a ser difícil, ya que se trata de una deidad con muchos recursos, pero no podía haber ido muy lejos…

"Mi familia" de Jaime Colmenarejo


Todos alguna vez hemos discutido con nuestros padres o con nuestros hermanos, incluso muchos de vosotros ni siquiera os habláis con ellos.
Tenemos que entender que nuestros padres siempre quieren lo mejor para nosotros, aunque no lo parezca. Seguramente más de uno se haya enfadado con ellos porque no le han dejado ir a alguna fiesta o porque ha tenido que estar en casa antes que todos sus amigos. Si nuestros padres nos dicen esto, es siempre por nuestro bien, porque se preocupan por nosotros, y más de lo que creemos.
En mi caso, mis padres me han apoyado desde pequeño y a pesar de que tenemos nuestros más y nuestros menos siempre les agradeceré todo lo que han hecho y están haciendo por mí.
También tengo que agradecerle mucho a mi hermano mayor, Dani, la verdad es que no siempre se portaba bien conmigo, pero siempre ha estado a mi lado cuando le necesitaba. Lleva casi un año estudiando primero de bachiller en EEUU, a veces le echo un poco de menos, sobre todo porque ahora me echan el doble de broncas.
Tengo la suerte de tener a mis primos, tíos, abuelos, padres y hermano, porque, aparte de llevarme estupendamente con todos ellos, son un pilar fundamental en mi vida.

"Mi mejor amiga" de Marta Lázaro


Mi mejor amiga, es mejor que la tuya, mejor que cualquier novio. Mejor que todo, bueno todo no, no es mejor que mis padres, pero mejor que todo lo absurdo, sí.
Me he dado cuenta de que es la única que está a mi lado cuando lo necesito. Está tanto en las buenas como en las malas. Siempre ha estado.
Ahora mismo me he dado cuenta de que es la única o delas pocas que está ahí cuando lo necesito.
La única que me ha abierto la puerta cuando lo he necesitado, cuando mi mundo se venía encima.
Ella es única. He tenido errores y, aunque los haya cometido, me he dado cuenta de que sigue estando a mi lado.
Juntas hacemos buen equipo, la verdad.
La quiero mucho.