Algunos dicen que la soledad es algo triste, lúgubre, deprimente. Tras mi larga experiencia puedo decir que es la pura ausencia de uno mismo.
Hace años que ocurrió aquello, sigo sentada en aquella silla , asimilando lo sucedido. Era alguien alegre , fuerte, ejemplar, era aquel héroe sin capa, el que me enseñó a volar sin necesidad de alas.
Todo fue el dieciséis de junio de 2007. Estábamos en el pueblo; a mamá le sonó el móvil, se lo di con rapidez. Supondría que sería una llamada de trabajo. De repente, mamá colgó el móvil , y comenzó a llorar. Papá nos mandó al jardín. Tras largo rato esperando, papá trajo las maletas y nos dijo que subiéramos al coche; yo imaginaba lo que estaba pasando aunque no quería creerlo. Quería borrar esa idea de mi cabeza; mamá se arrodilló, y me dijó :
"Tu abuelo ha fallecido" . En ese momento mi mundo se vino encima, yo tenía tan solo siete años, mi abuelo era la cabeza de mi familia, aquel que nos hacía reír en cada cena, el que cantaba " A su Madrid" a todas horas, pero todo eso daba igual; ahora sería fruto de un recuerdo. De vuelta a Madrid miraba las gotas que caían en el cristal, cada una seguía su camino, empezaban en un punto hasta que poco a poco se desvanecían. Supongo que así sería la vida, "pequeñas gotas que terminar en un punto", el principio de una jugada maestra, que al final cae en la casilla equivocada del parchís.
Tres años después supé lo que fue perder algo que has tenido siempre, lo que fue tener a un héroe al que seguir, lo que fue tener al mejor abuelo del mundo. Quizás no me pude despedir de ti pero sé que si te hubiera tenido delante no hubiera sabido qué decirte; pues decir adiós a alguien a quien no quieres ver marchar, no es buena forma de acabar,
La soledad es algo relativo, puntual, es la ausencia de alguien, incluso de uno mismo. La soledad es la búsqueda de lo irreconocible a ojos de uno. Es el silencio eterno en uno mismo.
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