domingo, 16 de junio de 2013

"Una tarde normal" de Ane Hernández

Era una tarde normal, como cualquier otra; los rayos de luz atravesaron la ventana y se despertó tras una cálida y duradera siesta. Llenó de libros su maleta, también fotos y alguna que otra camiseta, decidió cambiar, que todo fuese distinto, estaba cansada de aquella rutina diaria que no cambiaba. Un día tras otro, pasaban los días y todos eran iguales, nada había cambiado desde aquel accidente.
Era un jueves, un jueves como otro cualquiera; llegaba tarde al trabajo y subió a un vagón, eran las 7:30 de aquella fría y oscura mañana. Todo parecía normal, pero cinco minutos después un hombre de mediana edad se bajó dejándose su mochila bajo el asiento, nadie le avisó ¿Por qué lo debería hacer yo?, pensó. A las 7:36 estaban llegando a la estación de Atocha, ella estaba nerviosa ya que llegaba 10 minutos tarde a trabajar. Se escuchó un ruido raro en una de las mochilas de aquel vagón, y no muy lejos de ella explotó la primera bomba de esa mañana, y así hasta llegar a la cuarta. Solo se escuchaban gritos, pero ella por suerte solo estaba herida y como ella unos 1800 más.
Cogió su maleta silenciosamente, levantándola para hacer el mínimo ruido posible, abrió la puerta y se fue.

"Los buenos modales" de Gonzalo Suela


Cuando hablamos de buenos modales no podemos evitar hablar de los ricos y poderosos de nuestra época, o los nobles y burgueses de la antigua. En la nobleza unos buenos modales son obligatorios. En público éstos deben ser expresados, o por lo menos, no mostrar carencia de ellos. Si una persona que debe representar el alto estamento de la sociedad de un país carece de buenos modales, ese país será mal visto por el resto del mundo. Los buenos modales en el estamento llano indican buena educación. En un país en el que los buenos modales son naturales entre sus habitantes, de éste se dirá que tiene un buen sistema educativo. En esta sociedad los adolescentes tienden a carecer de buenos modales, lo que es una pena. Aunque hay excepciones claro está, estas excepciones no son mostradas por la sociedad. Los buenos modales se tienen que inculcar a las personas desde pequeñas, sino es muy difícil aprenderlos una vez pasado el tiempo en el que los padres son los que ejercen mayor influencia sobre sus hijos, ya que ellos son su primer y principal educador durante el transcurso de su niñez. Aunque si los padres han sido bien educados lo más probable es que sus hijos sean educados igual, lo que hará que esa familia con todos sus descendientes tengan unos buenos modales. Sin embargo, si sus ascendientes han sido educados de forma poco fructífera éstos tendrán malos modales, y probablemente den esta mala educación a sus hijos. Aunque puede haber una buena educación por parte de los padres y que luego el hijo se salga de esa trayectoria, y cambie radicalmente.
Unos buenos modales no son difíciles de conseguir, sobre todo si seguimos la frase “allá donde fueres, haz lo que vieres”. Esto tiene más sentido si pensamos que en cada cultura los modales son diferentes. Por ejemplo, si en una cultura es de buena educación hacer un gesto, en otra éste dirá que no tienes respeto por la gente a la que se lo diriges.

Si viajamos atrás en el tiempo, los buenos modales eran más utilizados por todas las clases sociales. Pensar que en esta época, en la que se supone que estamos más civilizados, nuestros modales son pésimos en comparación, se podría decir que no estamos mejor educados que nuestros antecesores. Si generalizamos podríamos decir que nos estamos volviendo unos mal educados.