sábado, 9 de noviembre de 2013

"Viltrania. Parte 2" de Elizabeth Burch

Lo confundida y desconcertada que estaba era difícil de explicar, pero al menos ya no sentía que era el único ser humano en un radio de kilómetros de distancia. Podía observar la silueta de un joven acercándose por un lado de la playa. No me explicaba de dónde salió, pero lo importante es que alguien venía. Alguien que me ayudaría, supuse. A medida que el joven se acercaba podía verle mejor y, cuando por fin le tuve frente a mí, me di cuenta de que, no sólo era un acompañante en medio de la nada, sino que también era un acompañante alto, tremendamente guapo y atractivo, en medio de la nada. Tenía la piel morena, al igual que el lío de pelo rizado que tenía sobre la cabeza. Sus ojos eran de color miel. Sus labios finos y de un rosa pálido. Su mirada era profunda, humilde e indefensa y, cuando pensaba que no se podía ser más perfecto, el sonido de su voz llegó a mis oídos. Una voz dulce, pero intensa.
-Mi nombre es Ken. Vos no sois de aquí, ¿verdad?
Fruncí el ceño. Mi desconcierto aumentaba cada vez más. ¿He escuchado bien? ¿”Vos no sois de aquí”? ¿Eso ha dicho? ¿Se puede saber en qué planeta estoy? No tuve más remedio que responder con otra pregunta. No la pensé. No la planeé. Fue, más bien, un acto reflejo.

-¿Qué?- dije con un hilillo de voz.

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