Me presento, como conforme afortunado,
ante la crudeza de esta injusta vida,
que a aquellos pobres que beneficia
sin ilusiones ni esperanzas son hallados.
Muchos de mí se lastiman,
y yo, piadoso de su persona, les digo,
que si Dios de esta censura me ha provisto
será porque la hermosura es de mente y no de vista.
Que poco hay ya que ver,
cuando la ignorancia es la máxima honra
de quiénes ejercen el poder,
y sólo buscan su propia victoria.
Cuando en un mapa no se encuentra destino,
ni razón de ser, ni rumbo, ni motivo
por el que conducir adelante nuestro navío,
que tantos infortunios ha sufrido .
Y al no ver esta realidad desnuda,
que el velo de mis ojos viste de seda
mi mente enriquezco no con fortunas,
sino con la ausencia de penas.
Pues ojos que no ven…
…corazón que no siente.
1 comentario:
Tu poema me ha parecido muy original y perfectamente desarrollado. Una muestra más de tu innegable talento.
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