jueves, 29 de abril de 2010

"Los polos del corazón" (Miguel Cárabe)


He aprendido algunas cosas a lo largo de la vida, si se puede decir que 14 años es mucha vida.

La infancia tiene varias fases, la primera, en la que empiezas a conocer el mundo poco a poco, mes a mes.

La segunda, en la que todo es maravilloso, todo está descubierto, y no hay fallo alguno, ya para entonces estarás viviendo en un mundo idealizado.

En la última, la tercera, vas descubriendo que no todo tu mundo es perfecto y te sorprende que pueda ver gente que haga eso que escuchas en las noticias. En ese momento descubres la cruda realidad que hay en la vida.

Lo que sé es que vayas donde vayas, va ha haber personas que te quieren y te ayudan, pero siempre, (ya que no hay lado bueno sin malo) va ha haber personas que te hagan la vida imposible, y marquen un margen, es decir, que marquen la diferencia, diferencia que aumenta cuando te acercas a el.

De igual manera que no te acostarás sin saber algo más, no te acostarás sin olvidar algo más.

Porque, amigos buenos son 1 de cada 10.

Y porque malas personas también son 1 de cada 10.

Y entonces, ¿Cómo distingo el lado bueno del malo?, ¿Cómo distingo al mejor amigo y al peor?, Si paras a pensar, todos tenemos un lado bueno y un lado malo en el corazón, que, dependiendo de tu personalidad y tu punto de vista, uno es el que potenciarás mas o menos. Así que te juntarás con la persona que más se parezca a ti, rechazando a la que es distinta.

Dicen que los mejores amigos son los de la infancia. Esto es porque cuando eres pequeño, no sientes rechazo hacia el mundo, por lo tanto nadie es distinto.

No hay lado bueno ni malo, no hay ganador, de la misma manera que no hay perdedor. Todo depende de tu punto de vista.

¡Qué lío! La vida es un contraste.

1 comentario:

Literatura Blog dijo...

Magnífica reflexión. Además, tu fina ironía es muy gratificante.