Son palabras que vuelan en nuestras mentes transformando un papel en un mundo. Son vidas que encierran sentimientos fáciles de comprender y tan difíciles de compadecer. Porque no sólo hablo de los relatos ajenos a los nuestros. La vida también es una historia.
Son ilusiones que cargan nuestros corazones para poder caminar. Para poder soñar. Porque, ¿quién no ha soñado alguna vez?; es más…¿quién no ha dejado de soñar cada día?, cada hora, cada instante.
Creemos que hay que vivir la realidad, cuando soñando la afrontamos.
Y es que cada uno de los sueños llenan nuestro corazón, a la vez que todas sus historias.
Podemos decir que una historia es un relato que encierra emociones. Son como motas de polvo, y en su fondo tan grandes…
Como cada canción. Como cada palabra. Como cada sonrisa que lanzamos. Como cada lágrima que se derrama.
Quién sabe qué puede pasar, si se lanza un papel al cielo, sin escribir nada más que la palabra “imaginar”…
Quizás alguien o algo pueda seguir con ese principio.
Quién sabe.
Porque todas las cosas se resumen en una sola: “Soñar”. Y si lo pienso, no sé lo que significa. Solamente puedes cerrar los ojos. Mirar al cielo o a cada uno de los colores que existen. Admirar sonrisas o compadecer lágrimas. Odiar o abrazar a alguien.
Entonces nos damos cuenta de que cada vez que soñamos, escuchamos, observamos o sentimos esos instantes , sabemos que hay algo especial. Sabemos que hay una historia . Que hay cientos de secretos. Que hay miles de maravillas, como millones de leyendas.
Y con un sueño como palabra, y un secreto en ella… Esta es mi historia y espero que algún día se convierta en leyenda.
(Este es tan sólo el principio del prólogo de una historia que quizás escriba. Dedicado a todos los sueños de cada uno de nosotros. Para que se sientan más grandiosos, que son lo que son.)