No es algo material y sin embargo, permite crear cualquier
cosa. Puede parecer absurdo, incluso infantil, pero habitualmente es una
válvula de escape, una puerta trasera por la que podemos huir temporalmente de
la realidad. Este recurso, que no conoce límites, es capaz de hacernos viajar
más allá del tiempo y del espacio, de crear hermosas historias y ensalzar
sueños, y lo que resulta más útil, hacernos olvidar el estrés, los agobios, los
problemas… A veces, nos dará una solución que anhelamos en secreto; en otras,
podremos conseguir algo de calma y, más a menudo, perderemos parte de ese
insistente aburrimiento.
No puede ofrecer objetos físicos y habrá quien te diga que no
sirve, que es solo una quimera engañosa. En esos momentos, recuerda que es un
método con el que grandes mentes humanas obtuvieron algunos de sus mejores
logros. ¿Quién dice que tú no conseguirás lo mismo? Todo es cuestión de querer
trabajarla, de dejarse de llevar y de intentar crear tus propios universos y
explorarlos a fondo.
En una palabra: imaginación. Nadie te la podrá robar ni
forzarte a dejar de usarla. Con ella llegarás más lejos, más allá que
cualquiera.
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