Cierro los ojos y no estás; quizás sea el motivo de mi insomnio permanente o mi droga continua. Trato de recordar el por qué de tus tequieros y el suplicio de tus ignoros, sueño con volverte a tener aquí , con aquellos recuerdos que tuvimos, con aquellas penas que pasamos, con aquellos "dones" que creamos. Deliro con tenerte aquí a mi lado con que aquella llama que creamos potenciando todo aquello que ignoramos, y que Satanás me juzgue si amarte es pecado, porque arderé en el fuego eterno si no estoy a tu lado, y junto a nuestra ventana yo te espero, contando los cigarros que nos quedan para vernos. El paso de las estaciones invaden mi cama, empiezo mil veces una carta que no acaba, repito tu nombre despacio y en silencio no vaya a ser que nos juzguen por ello. Tengo gravadas tus iniciales, en el pecho una puñalada por todo aquello que tenemos; deseo tu mirada clavada en mi cama, tu perfume recorriendo la sala.
Y tus besos de judas ya no duelen; aprendí a ser fuerte por tenerte, y a esto llaman vida a un montón de actos suicidas, pues todo esto no lo entiendo, solo es fruto de algo que carezco. No puedo asegurarte un futuro permanente, ahora los "para siempre" van con contrato. Ya dos meses y lo nuestro acabado; ven y cuéntame al oído todo aquello que vivimos, esos cafés en "Sanco", esas tardes en nuestro banco. Oigo el ruido de la lluvia golpeando el cristal, más fuerte suena este sentimiento al que no puedo parar. El tiempo me está agrietando y mis manos frías ya lo están notando; no dudaré en seguirte esperando pues el infierno ya nos está buscando.
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