lunes, 22 de febrero de 2010

"Aquel día" (Rita de Pedro)


Acababa de ser despedido hace tres años y medio de su trabajo. Su vida había cambiado desde entonces. Se convirtió en una persona agresiva, cuya única diversión era salir por las noches a emborracharse y de vez en cuando, porque no, engañar a su mujer…
Su aspecto era algo desagradable, apenas se duchaba, y siempre llevaba barba; sus ojos grises, se situaban arriba de unas grandes ojeras, su poco pelo era grisaceo y canoso. Podía llegar a estar toda una semana sin cambiarse de ropa. Su sitio preferido, el sillón situado delante del televisor, donde justo al lado había una mesilla donde colocaba su cerveza.
Su mujer estaba desesperada, y no sabía como reaccionar. Había acudido a cientos de psicólogos. Su cabeza no podía aguantar aquel dolor de ver como ese desgenerado destrozada día a día su vida, y la de sus hijos…
• Domingo, 15 de noviembre. 2003
- 4:30 am. -

Éste acababa de llegar de su larga noche de alcohol, borracho como siempre. La mujer aun le esperaba despierta.
Una vez que éste llego al salón, ella comenzó un discurso de voces que duró hasta casi una hora. Aquella noche, la mayoría del vecindario apenas durmió.
Las altas voces que se desprendían del salón, fueron perfectamente captadas por los oídos de los niños de 15 y 9 años. De repente, el sonido de un bofetón acabó con la discusión. No se oyó ni una palabra más. Ella se fue corriendo a la habitación encerrándose con el cerrojo. El, mientras tanto, como de costumbre se sentó en su sitio predilecto y encendió la televisión.
• Lunes, 16 de noviembre. 2003
- 17:00 pm. -

Otro día más de duro trabajo, para ella. Venía de recoger a los niños del colegio.
No había nadie en casa. Debido a que los niños no tenían ningún deber, decidió llevárselos a dar un paseo.
- 18:30 pm -
Llegaron a casa. Todavía su marido no había vuelto. A ella ya no le sorprendía lo que él hiciera. Dejó a los niños y se encerró de nuevo en su habitación.
• Martes, 17 de noviembre. 2003
- 5:00 am -

El llegó a casa. Cómo no, borracho. Ese día era uno de los que no se iba a escapar de una buena resaca. Se sentó en su sillón.
La mujer, asomaba su mirada por una pequeña rendija que dejo mientras abría la puerta con sigilo, y espero a que éste se durmiese.
Veinte minutos después, ella cogió de la mano a su hija de 15 y su hijo de 9. Les pidió el mayor silencio.
- 13:00 pm -
Se acababa de levantar de su sillón. No se acordaba de nada de lo sucedido aquella noche. Tenía un dolor de cabeza irritable. Levantándose forzosamente, y lo primero que hizo fue gritar el nombre de su mujer. Nadie contestó. Luego pronunció el de su hija, tampoco. Y finalmente el de su hijo, sucedió lo mismo que con las dos anteriores.
Atravesó el pasillo tambaleándose levemente de un lado a otro lado hasta el dormitorio. No había nadie. Buscó por todas las habitaciones hasta llegar al baño.
Había una nota escrita en un posit pegado al espejo, donde ponía:
Ser infiel es un camino a ninguna parte.
Andó hasta su habitación, abrió la ventana. Su primera lágrima desde hace tres años se derramó por su carrillo, hasta caer en la acera de la calle sobrepasando 4 pisos. Segundos después éste cayó segundo.
• 2010
Actualmente, el se encuentra en un reformatorio, parapléjico desde los hombros hasta los pies. Tiene pérdidas de memoria, pero aun se acuerda de aquel día…

1 comentario:

Literatura Blog dijo...

Espero que sigas así: mostrando tu talento y sentido de la narrativa.