Sueños al vacio II
V
Ruido desdeñado de un gentío
que aleja el olvido recordando
el tiempo prestado, el soñar tardío.
Murmullo de la verdad escoltado
por los guardianes de las emociones,
vestido en trajes de sueños prestados.
Aquellas puestas de un sol marchito,
que pudriéndose en los corazones
sueña que aparece en el olvido.
¡Desapareced ya de mi cabeza!
VI
Tajante parece el descoser
de mi piel por el pasar los años,
que me obligarán a perecer
observando mi cuerpo en harapos.
Apareciéndome en los sueños
de mis días monótonos y absurdos.
Mi corazón no cesa a empeños
de los entretenimientos burdos.
Desaparece en la nïebla
del nunca haber sido querido
de verdad, verdad que entïerra
así mi alma sin haber vivido.
VII Romance
Ese blanco muro al frente,
a sus faldas un retrato
un crucifijo en la cima,
roca de montaña abajo.
Imagen de esperpento,
que puede ser un mal trago,
la mirada de aquel
rostro al que no idolatro,
ese firme pecador
que mandó matar hermanos,
de la pero forma que podía
sin mancharse las manos.
El polvo cubre la roca
de mentiras que obviamos
y mientras el Cristo llora,
mientras nosotros lloramos.
Sangran las mentiras como
también nosotros sangramos,
por lágrimas derramadas,
por todo lo que odiamos.
Y mientras el Cristo llora,
mientras nosotros rezamos.
Y mientras el Cristo llora,
mientras juntamos las manos.
Se creen que con mentiras,
nosotros ya olvidamos.
Se creen que con negarlo
nosotros no recordamos
todo aquel dolor,
todo aquel tiempo robado.
Y todos aquellos muertos
merecen ser recordados.
Y todos aquellos sueños
no deben ser olvidados,
si ni Dios cree en si mismo
después de tal maltrato.
Y mientras el Cristo llora,
mientras nosotros soñamos.
Y mientras el Cristo llora
y mientras no olvidamos.
Seguro que algún día
se acaba este maltrato.
Seguro que algún día
vuelve a gritar el callado,
pero mientras Cristo llora
mientras nosotros soñamos.
Y mientras la esperanza
va creciendo, aguantando
las patadas que nos dan
y el permanecer callados.
Y mientras el Cristo llora,
mientras nosotros soñamos.
Y mientras el Cristo llora
y mientras no olvidamos.
Y mientras España sangra
por la muerte en sus manos.
Y mientras España sangra
la sangre que derramamos.
Y mientras el Cristo llora
nosotros no escapamos.