a) Quiero un cuadro recargado, que retrate la imagen más desagradable que pueda ofrecer el personaje, en el que se vea algo demacrado y deshecho. Que se asemeje a alguien salido de un ataúd, con tonos amarillentos y verdosos sobre el cuerpo para aumentar la sensación de putrefacción. El cuerpo rodeado de objetos, algunos indistinguibles. Que dé la sensación de agobio al contemplarlo y que esté poco definido.
Laura González.
b) El retrato será el centro de la imagen. En ella no se podrá ver otra cosa. Al frente, un enfermo, más cercano a la muerte que a la vida.
Su rostro asustará; deformado y colorista hará olvidar el resto del cuadro. Simple, sin color, lúgubre. Sus ojos mirarán penetrantes, al frente, enseñando y demostrando el paso de los años.
Necesito, a fin de cuentas, un cuadro, en el cual quede patente la locura en manchas de pintura.
Eduardo G. Igualada.
c) Un cuadro alargado con rasgos oscuros que tenga características horribles donde el reflejo de la oscuridad lo identifique como es en realidad. Con tonos de desvanecimiento de su cuerpo y con una extraña e imperceptible sensación de ocultar algo en su interior.
Estefanía Trillo.
d) Tienes que retratar un hombre maldito, muerto en vida. Que su rostro muestre la desesperación de no poder descansar en paz. Quiero que ilustre la ira, la cólera por su larga frustración, su angustia por sentirse atado a algo de lo que no va a poder separarse. Es un muerto en vida, putrefacto.
Jaime Sotomayor.
e) Deseo un cuadro que en su mayor parte sea muy austero, sencillo, que se muestre al personaje con vestimentas simples pero elegantes, sobre un fondo grisáceo carente de indicios de vida, y con un tono lúgubre y oscuro. Todos los elementos del cuadro no deben llamar la atención, de forma que lleven las miradas directamente al rostro. Su cara debe ser "dividida". Su mitad derecha debe mostrar una piel joven, no carcomida por el tiempo, un rostro joven y hermoso pero cuyos ojos reflejen su maldición. Su gesto facial será el propio de un anciano cansado de vivir que ve próxima su muerte. Su otra mitad debe estar completamente putrefacta, desgastada, casi descompuesta pero con gesto, una posición de sus facciones reflejando felicidad macabra, a causa de la llegada del ansiado desenlace.
Míkel Martiarena.
1 comentario:
Tres excelentes descripciones que sirven como modelo al primer paso de una creación artística.
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