Era de noche. Iba sola por la calle de camino a mi casa después de varias horas en una fiesta en la que mis amigas aún estaban. En la calle había un par de coches aparcados y una moto de color oscuro que no pude apreciar muy bien.
Las farolas apenas me aportaban luz por lo que iba con mucho cuidado para no sufrir ningún tipo de accidente. De la nada, apareció una sombra frente a mí que me asustó. Empecé a gritar a ver si me contestaba pero, no se movía. Estaba colocada en una de las zonas más oscuras de toda la calle. Sinsaber por qué, comenzó a acercarse lentamente hacia mi. Mi mente me decía que corriese pero mi cuerpo no podía moverse. Según se acercaba mi sensación de agobio era mayor y no podía evitar sentir pánico. Cada vez estaba más cerca de mi. No podía soportar estar ahí parada, sin saber quien venía o por qué me estaba pasando a mí.
Por fin, mis piernas reaccionaron y eché a correr. Estuve corriendo en la dirección opuesta a esa calle varios minutos. Cansada, paré en un bordillo a descansar y reflexionar sobre lo que había pasado varios minutos atrás. No tuve mucho tiempo.
Levanté la vista un segundo y otra vez la misma sombra. No sabía muy bien como por qué me seguía pero, no me quedé a averiguarlo. Corrí y corrí. Estuve huyendo varias horas hasta que…
- Mónica despierta, o llegarás tarde al examen de matemáticas
Menos mal que todo había sido un sueño, un horrible sueño, porque sino no sé que podría haberme pasado.
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