Estaba en casa de mis padres, y tenía que cuidar de Luisito, mi hermano pequeño. Iba a ser una noche tranquila, o eso creía.
Cuando estoy a punto de dormirme escucho un grito que viene de la habitación de Luisito, no le doy mucha importancia, hasta que vuelve a gritar con mucha más fuerza. Subo corriendo los escalones atropelladamente. Cuando llego a la habitación retiro las sábanas y me quedo en blanco. Mi hermano no está, me doy la vuelta y la ventana está abierta. Se me ocurren varias opciones:
Luisito se ha escapado de casa, aunque no lo creo, teniendo en cuenta que tiene 6 años y no puede ser eso ya que le da miedo cruzar solo la carretera.
La otra opción la cual no me gusta nada, es que lo hayan secuestrado.
Tardo un par de segundos en reaccionar. Salgo al jardín, son las doce y Jimena ya tiene que estar en su habitación. Jimena es mi vecina y mi mejor amiga. Lanzo unas cuantas piedras a su ventana, a la tercera ya estaba Jimena abriendo la ventana, aun así sigo lanzándole piedras para que se de más prisa. Saca la cabeza por la ventana y me dice:
-Me has despertado, ¿qué pasa?
-Luisito- Es lo único que me sale de la boca.
-Explícate- Me dice.
-Luisito... ha desaparecido... he oído unos gritos... y...- No puedo explicarle nada mas, rápidamente me derrumbo.
-Espera un momento que bajo. No llores, ¿eh?- Antes de que pudiese responder ya había desaparecido de la ventana.
A los pocos segundos ya tengo a Jimena llamando a mi puerta. Abro y me da un abrazo que me ayuda a tranquilizarme. Después de desechar varios planes catastróficos, decidimos que lo mejor es llamar a mis padres, al fin y al cabo yo no tengo la culpa. A los tres pitidos contesta mi padre y le cuento todo le que ha pasado y cuando llego a la parte del secuestro pasa algo que nunca me hubiese imaginado, mis padres se empiezan a reír. No entiendo nada, ¿cómo pueden reírse en una situación como esta? Les digo que esto no tiene ninguna gracia y me explican que todo era una broma para saber si sabia actuar correctamente en casos de emergencia y que había superado la prueba llamándoles. Al final nos reímos todos juntos, aunque yo exijo un aumento de paga. No me dan lo suficiente por estas bromas.
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