Es curioso ver lo rápido que pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando
mamá todavía tenía que repetirme cada día que me abrigara. 'En pleno mes de
Enero y sigues llevando el corazón al aire', decía. Ella era especial.
Gracias a ella, ahora que soy adulta, he podido poner en práctica sus
variados consejos con respecto al amor, y he compredido al fin lo que significa
una relación seria.
Ya casada, espero sentada el día que me canse de él. Antes me gustaba
simular que no le miraba, pero ahora me doy cuenta que no hay mayor desastre
que no hacerlo. Los defectos se convierten en virtudes y el amor en cariño;
cariño que se demuestra día a día, reflejado en sus simples poemas sobre la
encimera cuando se va al trabajo cada mañana. 'El antojo de tenerte cerca es
inevitable'. '24 horas no son suficientes para quererte'. Unos más largos que
otros, pero todos igual de dulces. Siempre es tan atento. Sus detalles hacen
que todo funcione como debe. Al llegar a casa me recibe siempre con un beso,
que, al fin y al cabo, es un resumen de lo que sentimos. El insomnio es mucho más ameno y divertido a su lado. El amor, desde
que le conocí, ha cobrado una forma más sutil. Ojalá, algún día, sea capaz de
encontrarse en mis palabras, al igual que yo lo hago en sus ojos.
¿Quién no necesita
un nosotros en esta vida?
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