sábado, 20 de mayo de 2017

"Crece, pero sin querer crecer" de Lucía Gamboa


Hoy he llegado a la conclusión de que no quiero seguir creciendo y menos queriendo crecer. Vivimos nuestra infancia deseando llegar a la adolescencia y nuestra adolescencia deseando ser adultos. ¿Por qué? ¡Si luego te paras a ver a un niño y es el ser más feliz! Con sus muñecas y sus rodillas raspadas, su única preocupación es responder bien las preguntas de Mickey Mouse, bueno, y crecer.
Luego creces y sigues deseando ser mayor, porque ves que tus preocupaciones ahora van a más, y te tienes que preocupar por los estudios, los amigos, nuestros padres, y por ti mismo, y, mientras, te agobias en esta etapa de la vida, deseas pasar a la siguiente con la esperanza de que sea mejor, en vez de pararte a disfrutar el día a día lo que estás viviendo, y preocuparte para hacer un buen presente, para que en el futuro puedas presumir de pasado. PARA, y mira quién eres y quién quieres ser. No dentro de unos años, sino hoy, ¿quién quieres ser hoy? Yo quiero crecer como persona, que mi corazón y mi cerebro crezcan pero poder disfrutar y saborear cada instante de mi vida, y tener el tiempo para hacerlos perfectos, porque al final, quieras o no, creces, y cuando crezca, quiero mirar atrás y verme disfrutando de la vida, en vez de preocupándome porque  mi vida en el futuro sea sencilla.

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