sábado, 3 de octubre de 2015

"Los refugiados" de Marina Osorio (Texto completo final)

Huía, como otros muchos, huía. Ninguno de nosotros sabía cuál iba a ser nuestro destino, las opciones eran escasas, o nos detenían en Turquía o conseguíamos llegar a Alemania, un país del primer mundo, un país que parecía surrealista desde la perspectiva de todos los que vivíamos la terrible guerra. Hacía ya un par de horas desde que salimos de ese mundo de violencia que parecía eterno; de repente llegamos a un cruce de caminos, los varones fueron hacia el sur, cambiando así de rumbo para llegar a las islas griegas y las mujeres y los niños al norte, siguiendo su ruta hacia Alemania.
Las mujeres y niños caminaban con rapidez; pararon en la frontera de Georgia con Turquía para beber un poco de agua, estaban sedientos. Un grupo de mujeres se acercaron a un pequeño pozo que había cerca de una granja que parecía deshabitada hasta que por el gran portón de el granero salió un hombre de una edad considerable, tenía una barba larga, blanca y descuidada, al verlo  una de las mujeres que estaba cerca del pozo acudió al hombre velozmente y con pavor, aunque con la esperanza de poder encontrar refugio en uno de los establos de la granja.

Cuando las otras mujeres vieron la desesperación que tenía su paisana por encontrar cobijo fueron a buscar la aprobación del resto del grupo, que apoyaron la idea. Unos veloces pasos se oyeron mientras los más pequeños se alimentaban y a lo lejos se vio el rostro de una bella mujer, que pronto reconocieron, era la mujer que había ido a buscar cobijo en esa finca y traía ……

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