sábado, 16 de noviembre de 2019

"Cansados" de Lucía González


Llega un día en el que simplemente ya no esperas ese mensaje, esa llamada o esa sonrisa que se dibujaba al ver aquella notificación. Esa esperanza de que se iba a acordar se va, como las pequeñas conchas en la orilla arrastradas al fondo por las incansables olas y no duele. No lo hace porque no es una sensación forzada, simplemente se esfuma esa pequeña esperanza de que volverán esas palabras que tu leías como poesía y para él eran simple garabatos.
Vil mentiroso, creador de mis más bellas y tiernas fantasías del que pensé creador de mi gran quizás, aquel que removería cielo y tierra por ver una pequeña sonrisa. Llegué a perdonar las más burdas mentiras y engaños con la firme convicción de un pobre enamorado y es que los puñales más dolorosos son los recibidos por aquel del que nunca pensaste que te podría hacer daño y es que, he ahí nuestro gran fallo.
Cuando eres capaz de volcar parte de tu alma en otra persona, de sentir que sois el uno para el otro, cuando de verdad te permites confiar, es ahí cuando tus sentimientos y decisiones enamoradizas se vuelven en tu contra para demostrarte la cruda realidad; por muchos recuerdos y sentimientos que haya encontrados, por mucho que hayas volcado tu alma y corazón en aquello que no sé si se puede denominar amor.
Las personas nos cansamos, antes o después siempre hay una fecha de caducidad. Nos cansamos de una realidad que sabemos que no es verdadera, pero lo intentamos, al menos la mayoría, intentamos seguir con el paripé de los enamorados felices al que todo el mundo aspira a llegar. Para luego acabar con un corazón roto y mil lágrimas en los ojos.

Rómpele el corazón a un escritor y hará de ti su mejor novela, imagina si me lo has roto que; querido mío, eres mi obra maestra.

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