Aquel día Adolfo se encontraba con su sobrino Manuel
preparando la entrevista de trabajo del día siguiente. Adolfo se presentaba
como profesor de matemáticas en el colegio de Manuel y a este, le hacía mucha
ilusión porque si le contrataban sería su profesor. A Manuel, aparte de que
Adolfo fuese su tío, le gustaba mucho como profesor ya que le había dado clases
particulares.
Adolfo se acostó muy pronto porque mañana tendría un día
de duro trabajo, pero no se durmió hasta bien entrada la noche.
¡Cuando se levantó eran las 12! ¡No había sonado el
despertador! Tenía media hora para presentarse a la entrevista de sus sueños.
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