El mensaje era claro, conciso y letal, no
insistas decía mi subconsciente al ver el cuerpo inerte de mi compañero de
piso. Solo había que darle una lección, un par de puñetazos y ya, pero no, te
has pasado y ahora mira las consecuencias. Solo por quitarte a tu novia le has
matado, pero tu castigo va a ser muy malo; yo, tu subconsciente, te voy a
recordar para siempre lo que has hecho, ¿qué mayor condena que el sentimiento
de culpa de por vida?
No hay comentarios:
Publicar un comentario