El ladrón escogió tan pintoresco refugio ,no trataba de
desvalijar la vivienda en la que se ocultó,sino que más bien pretendía dar
esquinazo a los policías que le perseguían tras descubrirlo robando en un
casino ubicado en la planta baja del
edificio.
El amigo de lo ajeno escapó por un patio interior desde donde
accedió a una ventana a una de las viviendas del primer piso .Recorriendo las
habitaciones casi a tientas, se escondió finalmente en una de las camas,
precisamente la que ocupaba el único inquilino que en esos momentos estaba
durmiendo.
El inquilino se despertó a causa de los ruidos, abrió los ojos
y decidió hacer una inspección. No tardó en mirar debajo de la cama donde
descubrió, con gran sorpresa, al ladrón. Rápidamente sin alboroto, se dirigió
al teléfono y marcó el y 092 para llamar a la policía. La patrulla situada en
la zona les vino de perlas la información del inquilino y para sorprender al
ladrón. El detenido llevaba un botín de dieciséis mil € en billetes de
cincuenta procedente de las tragaperras del casino.
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