Somos unos desagradecidos, unos egoístas, no nos damos cuenta de todo lo
que tenemos, todo lo que podemos aportar al mundo. Tenemos sanidad, educación,
empleo, transporte, agua potable, tecnologías, libertad de expresión, alimentos,
ropa, etc.
Nos quejamos de todo, de la pereza que nos da ir al colegio. Tenemos suerte
de poder ir al colegio, miles de niños no tienen esta oportunidad, ya sea a
causa de la economía, de las guerras o de la política. Los niños quieren ir al
colegio, aprender cosas nuevas, ser cultos, mientras que nosotros no
paramos de quejarnos de todo lo que hay que estudiar.
Somos tan sumamente egoístas que no somos capaces de apreciar el
hecho de que podemos comprar alimentos, tenemos supermercados, podemos comprar
de todo. Tiramos un gran porcentaje de comida en nuestras casas, en el comedor
del colegio, etc. Hay personas en muchísimos países, como en África, que no
tienen qué comer durante semanas, niños se mueren de hambre todos los días.
Formamos parte de un 5%, aproximadamente, de población mundial que tiene
agua potable. En otros países tienen que recorrer muchísimos kilómetros
andando, hasta un pozo, para poder coger agua razonablemente potable.
Tenemos que empezar a apreciar todo lo que tenemos, no tirar la comida,
donar la ropa que ya no usamos, cerrar el grifo de agua si no la estamos
usando, sonreír más.
Mucha gente se pregunta porqué Dios no hace nada frente a las injusticias
del mundo, y hacerse esa pregunta es el principio de darse cuenta de que Dios ya
ha hecho algo, te ha creado a ti y a mí.
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