Capítulo 6: “Las pelotas de colores”
Rob cumplió diez años, Barber lo hacía trabajar mucho, llevaba a cabo la mayoría de las faenas más desagradables; cargar y descargar el carromato, acarrear leña, recoger agua, cuidar endulzado con hidromiel, aprendió a preparar la “Panacca Universal”, la medicina que solo se componía de licor corriente y Vitalia una hierba medicinal de Asia.
Capítulo 7: “La casa en la bahía de Lyme”
Barber tenía una casita en Exmouth para pasar los inviernos y allá se dirigieron. Se prepararon para el invierno acarreando leña y comprando alimentos.
Rob practicaba malabarismo con cinco pelotas en la orilla de la bahía de Lyme, contemplando las olas blancas que azotaban la playa.
Las navidades la pasaron con Editha, una amiga viuda de Barber.
Barber azotó con una fusta a Rob hasta hacerle brotar sangre para que aprendiera a lanzar cinco pelotas y lo amenazó con dejarlo abandonado en el siguiente pueblo. Rob se puso a practicar con manzanas y lo consiguió, Henry estaba muy feliz al verlo.
Capítulo 8: “El artista”
Rob llegó a dominar los malabares, aprendió juego de manos, gestos del cuerpo, bailes, etcétera; todo para distraer a la gente.
El cirujano Barbero declaró que su aprendiz ya estaba preparado y partieron una brumosa mañana de abril, llegando a la Aldea de Bridgeton, donde montaron su espectáculo; luego pasaron a Yeoville y en la misma semana a Taunton. Henry estaba feliz porque las ganancias eran buenas.
Capítulo 9: “El don”
Rob había empezado a ayudar a Henry en las consultas, simplemente acompañando a los enfermos detrás del biombo o sujetándoles las manos a los pacientes a la hora de una operación. Estaban en un pueblo y vino un anciano al que le dolía el pecho, ya que trabajaba en las minas de carbón, y Rob, al cogerle las manos, sintió lo mismo que sintió cuando toco las manos de sus padres cuando estaban a punto de morir. Rob le contó a Henry sobre este extraño don; Barber y Rob salieron del pueblo para que no los acusasen de brujos.
Ya en otro pueblo distinto, Barber salió borracho de una taberna y gritó al cielo : “ ¡Ah por favor en nombre de Cristo! ” Rob entendió a la perfección lo que le pasaba.
Capítulo 10: “El norte”
En el siguiente invierno no pudieron llegar a la casita de Exmouth y alquilaron una en la aldea de Carliste en el norte. Se abastecieron como siempre de comida y como el clima de finales de otoño era perfecta para recoger hiervas, recorrieron bosques y brezales; Barber buscaba las hiervas y le explicaba a Rob su poder curativo: verdolaga para disipar la fiebre, pétalos de rosas rojas para cataplasmas, raíz de tejo para retener el feto, eneldo para combatir afecciones urinarias y muchas más.
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