Adiós…
Un duro y lejano adiós, clavado en lo más
profundo de mi corazón, una espina llena de veneno que sigue fluyendo latente y
constante. Imposible de sacar, imposible de ignorar.
Lloros…
Cayendo en la cuneta, llena de barro,
llena de soledad. Mis manos recubren mi cara, manchándola. Aunque no importa,
ya nada importa.
Discusiones…
Agridulces, como las situaciones que
vivíamos. Dejarte marchar, ése fue mi mayor error, las sonrisas que se reflejaban
en nuestras caras y la bonita foto que capturé, eso me lo llevaré a la tumba.
Aislamiento…
Encerrado en mis pensamientos, sin opción
a hablar con nadie, obligando a sacar los sentimientos más oscuros y escondidos
de mi ser. Debilitándome aún más, física y psicológicamente.
Huidas…
Demasiadas han colmado mi vida, luchando
con el último atisbo de energía por mi vida, siendo perseguido, maltrecho y
herido, como a un fugitivo. Aunque ya no lucharé, tiré la toalla hace mucho.
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