Era una típica tarde en la que Eva se encontraba haciendo sus deberes; el profesor de Lengua les había mandado hacer un relato para publicar en su blog. Eva, sabiendo que le quedaba poco tiempo para entregar el relato, pidió un deseo. Y... Adivina qué pasó... ¡Nada! Esto fue lo que hizo que Eva se tuviera que dejar la cabeza haciendo un relato corto. Pero como creía que todos sus borradores eran demasiado infantiles, acabó escribiendo la historia de cómo hizo el relato, esperando que esto sumase puntos por originalidad e innovación.
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